Alguien habita en esta casa
Contraluz, sombrillas, vestidos de encaje. La feminidad en tiempos de guerra. Foto: Apac |
Hay una obra de teatro que poco a poco, pero con suficiente
velocidad, comienza a estar en boca de todas y todos los amantes del teatro.
Las Cartas que me Habitan se estrenó en el Festival Internacional de Teatro
2023. Sus dos funciones voltearon taquilla. Y en el último mes las integrantes
del grupo Baúl Teatro[i],
bajo la dirección de Mary Monje[ii],
la han presentado en tres ocasiones más, siempre con la sala o, mejor dicho, la
casa llena.
Sucede que esta obra usa como escenario una casona antigua
ubicada en pleno centro de Santa Cruz de la Sierra. Allí, los espectadores
asisten a una suerte de ‘atisbo’ hacia lo sobrenatural. Porque quienes relatan
la historia son fantasmas. Los fantasmas que habitan la casa. Y estos fantasmas
hablan acerca de la Guerra del Chaco, la responsabilidad versus la búsqueda de
libertad, el amor a la patria versus la sangre que ella exige de sus
ciudadanos. Y hablan también del absurdo presente de quienes viven en el siglo
XXI.
Pero, sobre todo, hablan acerca de la feminidad.
A continuación, una breve entrevista con la directora y
dramaturga, Mary Monje.
¾ ¿De
qué trata Las Cartas Que Me Habitan?
¾
Trata de la historia de una familia cruceña
durante la Guerra del Chaco. La obra la relata un personaje llamado ‘La niña’.
Es como una especie de guía que invita a los espectadores a conocer la casa de
su familia.
Durante ese recorrido el público descubre lo
que sucedió en esa casa durante la Guerra del Chaco. Y en específico, lo que
sucedió con las mujeres que habitaban esa casa. Somos testigos, desde sus
distintos puntos de vista, de lo que ellas asumieron en el marco de esa guerra
que ni les interesaba y que francamente ni siquiera querían.
-
Me parece muy interesante que tomen documentos
de la época para armar la trama de la obra. ¿Definirías Las Cartas que me Habitan como una obra
de ficción pura?
-
Es una ficción que está basada, en gran parte,
en las Cartas que Lucía Carvalho recolectó. Pero también tiene testimonios de
otras mujeres de la época, por ejemplo: textos de Hilda Mundy[iii].
La investigación que realizamos fue exhaustiva. Y, además, algunos textos de la
obra los escribieron las mismas actrices, textos que dirían sus personajes.
Entonces, siento que es como un puzzle que
se ha ido armando en base a toda esa investigación y toda esa información,
tomando siempre en cuenta lo que yo quería decir con esta obra.
-
¿Qué te llamo la atención de las cartas?
-
A mí me gustan muchos los documentos antiguos.
Yo vengo de una familia boliviana muy tradicional, con un alto bagaje histórico,
con personajes muy importantes para la historia de Bolivia también. Entonces
siempre me han fascinado estas cosas.
Mi padre murió cuando yo tenía 10 años. En
su juventud fue a la Guerra del Chaco y también fue parte de los 3 Pasos al
Frente. Entre las muchas cosas que hizo, Fundó la Naval Boliviana, que en esas
épocas se llamó Fuerza Fluvial y Lacustre.
Tal vez por eso tengo esta obsesión, desde
chica, por la búsqueda de documentación, porque siempre he encontrado cosas de
mi padre, y tengo este peso encima de la Guerra del Chaco.
-
Y las cartas de la familia de Lucía coinciden
tanto con tu obsesión por los documentos antiguos, como con tu preocupación por la Guerra del Chacho.
-
Exacto. Cuando Lucía me mostró las cartas, mi
reacción inicial fue: “Wow, qué alucinante”. Y empecé a leerlas y era muy
emocionante porque era como hacer un zoom hacia la vida de alguien, ingresar a
su intimidad. Y mientras avanzaba en la lectura me di cuenta de que de pronto
las cartas llegaban a los años de la Guerra del Chaco. Entonces me dije: esto
es.
Un maletín con algunas de las cartas utilizadas en la obra y fotografías familiares. Foto: Casa Carmencita. |
-
¿Cómo nacieron los personajes?
-
A partir de las cartas. Las autoras de esas
cartas son las tías y abuela de Lucía. Y en ellas exponían sus dudas, deseos,
reclamos, temores; no sólo acerca del amor o la soledad, sino acerca de algo
más peligroso: La Guerra.
Sólo había un par de cartas escritas por
hombres, que eran los hermanos de esas mujeres. Hombres que, dicho sea de paso,
no estaban en Bolivia, sino en Italia.
Ésa fue la semilla. A partir de esos textos
fui creando a estos personajes, que son nomás ficcionales, pero que también, en
el fondo, tienen algo de Carmen y Blanca, que fueron mujeres reales. Isadora,
por el contrario, es inventada.
Mi personaje también es un poco híbrido,
porque si bien está inspirado en la abuela de las cartas, metí en ella un poco
la historia de Betzabé Salomón. Por eso digo que es puzzle.
Prates, Cronen y Trigo. Las tres en un alto nivel actoral. Foto: APAC |
Las actrices también contribuyeron en el proceso creativo de manera activa. Foto: APAC |
Y es en verdad un puzzle meticulosamente resuelto en gran
medida por el excepcional trabajo de las actrices: Nancy Cronen, Lucía
Carvalho, Janaina Prates, Dani Trigo y la misma Mary Monje. Las
interpretaciones resultan no solo eficaces, sino también convincentes. Los
momentos de intensidad logran crispar a los espectadores. Y los momentos de
desazón se presentan con el grado de honestidad ideal. Ninguna desentona. Eso
es obvio si tomamos en cuenta que Prates, Cronen, Trigo y Monje son actrices
profesionales con varios años de experiencia sobre las tablas. Carvalho, sin
embargo, se estrena como actriz. Pero el papel fue concebido tan a la medida de
Carvalho (quien es poeta y músico) que fluye junto a los otros personajes.
Carvalho se estrenó en la actuación al lado de actrices experimentadas. |
-
Muy bien, el punto de partida fueron las
cartas. ¿Qué papel jugaron las actrices en la caracterización de sus
personajes?
-
Un gran papel. Leímos juntas todas las cartas.
Fue lo primero que hicimos. De hecho, Janaina las transcribió todas. Eran un
montón. Las ordenamos de acuerdo a sus fechas de escritura. Así fuimos capaces
de imaginarnos una cronología de hechos.
En paralelo, hablábamos, discutíamos y
averiguábamos acerca de la Guerra del Chaco.
Ese método de trabajo me ayudó a decidir
‘quién iba a ser quién’, por decirlo de una manera. Me ayudó a definir a los
personajes.
-
¿Cuándo tomaste la decisión de que sean
fantasmas?
-
Desde el principio sabíamos que los personajes
estaban muertos. Ésa era la idea. Que ellas eran esos fantasmas que venían a
hablarnos. Tal vez por eso también me fue más fácil construir a los personajes,
porque de alguna forma ya no existían.
-
Siento que no fue un proceso dividido en
fases, sino que el proceso creativo fue simultáneo: investigación, montaje, dramaturgia,
etc… todo en paralelo.
-
Sí. Fui jalando información de aquí y de allá.
Identificaba lo que me servía para construir la historia, el resto lo
desechaba. Hice una escaleta de la historia, pero estaba vacía. El trabajo
consistió en alimentarla.
-
¿Así trabajas siempre tus obras? Me refiero a
la dramaturgia.
-
No tengo un método. En este caso, la existencia
de las cartas fue el punto de partida. Pero no quería limitarme a ellas. Era
importante que esas cartas entren en la obra, pero tampoco quería recrear la
historia de la familia tal cual, sino usar las cartas como excusa para contar
la historia que realmente deseaba contar.
-
¿Y cuál es esa historia?
-
La historia de la guerra, pero desde la visión
femenina. Quería preguntar: ¿qué implica esa visión femenina? Y además,
preguntarnos a nosotras cómo nos sentimos como mujeres ahora, en este momento,
porque las cosas parecen haber cambiado mucho, pero en realidad no han cambiado
tanto.
-
Hablemos de la puesta. Usan toda la casa como
escenario. ¿Cómo decidieron eso?
-
Fue también una coincidencia. Hace muchos años
vi, en video, estas obras que toman casas, es decir, que utilizan una casa
entera como escenario. Y, a la vez, estaba en un momento en el que sentía que
ya había hecho todo tipo de teatro. Necesitaba cambiar. Entendí también que acá
no existe la cantidad de espacios disponibles como para presentar obras durante
semanas, mucho menos meses. En 2010 me animé, con ‘Passport’, mi primera obra a
nivel profesional. La comencé a presentar en patios, en el Museo de Arte
Contemporáneo, en el Museo de Historia. Claro, ya que no hay salas de teatro,
¿qué hay?
De hecho, cuando hablé con Lucía acerca de
hacer una obra lo único que tenía claro era que deseaba usar la casa. Usar los
cuartos, el patio, las habitaciones. Conversamos y en algún momento Lucía me
mostró las cartas y así encajó todo, como magia.
-
¿Cuál es la mayor diferencia entre presentar
una obra en una sala tradicional o hacerlo en un espacio no-teatral como, por
ejemplo, una casa antigua?
-
En las salas tradicionales la gente está lejos.
El público se siente lejos. En el caso de obras como Las Cartas que me Habitan,
la gente está cerca, muy pendiente de cada detalle. Eso hace que la obra se
sienta ‘viva’, menos acartonada.
Y de pronto, un buri en medio de la presentación. El público baila con fantasmas. Foto: APAC |
-
Hablemos ahora de los temas centrales de la
obra. Uno de ellos es histórico: el papel de las mujeres durante la Guerra del
Chaco.
-
Sí. Y ésa es una parte de la historia que no enseñan
en las escuelas. La historia tiene el hábito de invisibilizar constantemente a
la mujer. Bolivia estuvo 3 años en guerra, con los hombres en las trincheras. Y
el país no se fue a la mierda. ¿Quién lo sostuvo? No solo en esta guerra fueron
las mujeres las que sostuvieron al país. Lo mismo sucede en todas las guerras.
-
Y casi al final, sorpresivamente, se escuchan
estos audios de las quemas, lo cual le da a la obra otra inesperada e
interesante arista temática.
-
En general, es una obra bastante política. Los
audios hacen alusión directa a las quemas de los últimos años. Fue complicado
resolverlo en el texto. Pero sentía que debía estar. Yo decía: si estamos
hablando de la casa, la patria, la guerra y la tierra… pues no podemos obviar
lo que pasa en estos tiempos.
-
Lo que destaco de la manera en la que usas
los audios es la sutileza. Ese recurso, mal trabajado, habría dañado a la obra.
Pero lo resuelven de tal manera que el espectador cierra la idea por sí mismo.
O sea, mostrar y no explicar.
-
Probamos bastantes alternativas hasta que
encontramos la ideal. Mi mayor temor era que al final la obra suene
panfletaria. Creo que superamos ese desafío con bastante éxito.
-
¿Definirías Las Cartas que me Habitan como
una obra feminista?
-
La defino como una obra femenina.
Mary Monje también actúa en la obra. |
Ficha Técnica:
Dirección:
Mary Carmen Monje D.
Dramaturgia:
Mary Carmen Monje D. (Ficción basada en cartas históricas de Casa Carmencita, testimonios de la Guerra del Chaco, textos de Hilda Mundy, textos de Nancy Cronen, Janaina Prates, Dani Trigo y Lucia Carvalho).
Personajes
Clara
Blanca
Carmen
Isadora
La niña
Nombres completos de actrices y equipo técnico
Nancy Cronen- Actriz
Lucia Carvalho- Actriz
Dani Trigo- Actriz
Janaina Prates- Actriz
José Gabriel Vargas - Asistente de dirección-
Javier Alcocer -Diseño de Luces y Técnico de luces.
Neil Vargas- Diseño de Sonido
Eduardo Suarez- Diseño de Arte
Luis Daniel Agreda- Diseño de Vestuario
Andrea Saravia- Confección de Vestuario
Josiane Ruiz- Fotografía
[i] El
Baúl Teatro fue fundado el año 2006 como un espacio de búsqueda teatral. Se
gesta como un espacio de investigación y desarrollo teatral, con una propuesta
contemporánea que une diversas técnicas teatrales, buscando crear un espacio de
crítica y análisis. El grupo es un núcleo que reúne a artistas profesionales,
de las artes escénicas y otras artes, alrededor de proyectos determinados, lo
que da la posibilidad de tener siempre frescura en el resultado escénico.
[ii] Mary
Carmen Monje Domínguez, Nacida en La Paz, Bolivia, el 17 de enero de 1981.
Licenciada en artes dramáticas de la Escuela Nacional de Teatro de Bolivia. Co-
fundadora de El Baúl Teatro , directora, dramaturga y actriz. Ha dirigido y
actuado en varias obras con recorrido nacional e internacional, ganando varios
premios y reconocimientos. Como Dramaturga, dos de sus textos escritos en
colaboración han sido puestos en escena. Ha escrito para diversos proyectos
abocados al trabajo con mujeres. Recoge su obra la Antología de Escritoras
Cruceñas. Poesía, narrativa y drama, Editorial Kipus, 2019. Participo en la XXI
Bienal de arte de Santa Cruz como parte del colectivo Turbión de Sur, realizo
también varias propuestas de performance dentro de su propuesta de arte contemporáneo.
[iii] Hilda Mundy, pseudónimo de Laura
Villanueva Rocabado, (Oruro - Bolivia 1912- 1980) fue una escritora, poeta y
periodista boliviana.
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