Escritura, dolor de panza, lectura - texto 1
Tengo problemas estomacales. Como algo, cualquier cosa, y media hora más tarde me arde el esófago, lanzo flatulencias, se me hincha la panza. Me preocupa mucho. Encontré una solución, pero no es práctica: no comer. Solo si no como, no me duele el estómago. Pero si no como, me muero de hambre. Entonces: como y luego me duele el estómago y luego pienso: no debí comer. Eso es lo que comúnmente se conoce como un círculo vicioso. No sé porqué le llaman así. No es un círculo. Podría serlo, es cierto. También podría ser una elipse, un pentágono, un hexágono. No sé. Cualquier figura geométrica de dos dimensiones. Entonces, si además de circular, puede tener otra forma: no es un círculo. Es -tal vez, quizá- un Cul de Sac. Ok. Llamémosle Cul de Sac Vicioso. ¿Por qué? Cul de Sac porque lo que entra, sale por el mismo lugar, pero no es igual a lo que era cuando entró. Está alterado, mareado, transformado por el redondeo de la rotonda, o en términos biológicos: por el proceso digestivo. Por lo tanto: Cul de Sac Vicioso. Pero, ¿es realmente vicioso? Como -me alimento- no por vicio. Como -me alimento- por necesidad. Y si comiese menos, igual me dolería el estómago. No importa la cantidad de comida que ingiera, dolerá igual. Así me trague un bife entero o me limite a un puñado de pipocas; comer me producirá el mismo grado de dolor. Entonces, el problema no es la cantidad. Quizá entonces, el problema sea la calidad de la comida. ¿Será? El tomate es sano, pero comerlo me produce dolor. La limonada es sana, pero beberla me produce dolor. Nada me produce más dolor que un plato de ensalada. Ni siquiera una hamburguesa o un hot dog me producen tanto dolor como un delicioso plato de ensalada. Ensalada de tomate y lechuga. Ensalada rusa. Ensalada César sin pollo. Ensalada de Papas, Caprese, Waldorf, Col o Griega. Da igual. Toda ensalada me conducirá al inevitable dolor estomacal. Ergo, no se trata de la calidad de la comida. Entonces, ¿qué es lo que me provoca dolor? Las únicas épocas en las que no sufrí dolores estomacales fueron aquellas en la que hice ejercicios regularmente. Ni bien dejé de ejercitar mi cuerpo: ¡pam!... Dolor. Está claro: el ejercicio es la cura. Pero no nos adelantemos. ¿Cuál es el origen, la concepción, el lugar y motivo por el que se gesta, ehhh, pues... mi dolor? ¿Cuál es la causa? Si la presencia del ejercicio hace desaparecer al dolor, entonces: la causa es la ausencia del ya mencionado ejercicio. La falta. La carencia o escasez. No es vicio, sino privación. Por consiguiente: no es un círculo vicioso. Es un Cul de Sac de Privación. Y además: qué lindo, mientras escribía esto, no sentí dolor. Y qué feo: cuando apreté la tecla del punto final, retornó el dolor. Si la metáfora para la enfermedad es Cul de Sac de Privación. Y la causa de la dolencia es la Privación. La única medicina que cura vendría a ser: El ejercicio, la práctica, la constancia. Si eres atleta, pues entrena. Si eres escritora, pues escribe. Y así, mediante la escritura, las mujeres como yo curamos nuestro dolor. De estómago, de piernas, de estómago o del alma. La escritura es la única cura para mi dolor.
Pero, entonces... ¿qué hacemos con la lectura?... Mierda, la olvidé.
Eva Sofía Sánchez Exeni
04 01 2022
Bravo 👏🏼👏🏼👏🏼 Eva Sofía, me encanta leerte, Cuando escribís en mi cabecita se comienzan a generar imágenes. Eso es muy bueno.
ResponderEliminar¡Gracias!
EliminarMuy bueno. Entretenido, rebuscado, como toda mente humana. Gracias por escribir.
ResponderEliminar¡Mil gracias querido Eduardo!
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